¿Alguna vez has cambiado tu apariencia para darle a tu jefe una impresión diferente? ¿no te animas a dar tu opinión porque crees que no será bien recibida? ¿siente que no puedes ser auténtico con tus compañeros de trabajo y estás constantemente jugando un papel? Felicidades: estás haciendo covering en tu trabajo.
Como con el Síndrome del impostor y Radical Candor, el Covering puede sonar como un concepto muy abstracto y asustarnos pero no hay nada de qué preocuparnos… ¿o sí?
Algunos años después (2006), una descripción del comportamiento fue introducida por Kenji Yoshino, en su libro Covering: the Hidden Assault on Our Civil Rights he explica [ENG] las cuatro aristas en las que las personas se encubren en el trabajo:
Apariencia: cuando las personas cambian la presentación de sí mismos, desde el peinado, el atuendo y los ademanes. Por ejemplo: una mujer negra puede alisar su cabello para parecerse menos a su raza.
Afiliación: cuando las personas evitan comportamientos por miedo a que los puedan ligar con estereotipos. Por ejemplo: un padre de familia que es el principal cuidador de sus hijos puede evitar comentar al respecto por miedo a que se piense que no está comprometido con su trabajo.
Defensa: se refiere a lo mucho que las personas sienten que tienen que defender al grupo al que pertenecen. Por ejemplo: una persona se limita a sí misma de ir a una protesta en pro de la legalización de la mariguana por miedo a que afecte su imagen profesional y su carrera.
Asociación: cuando las personas evitan el contacto con otros miembros de otras asociaciones. Por ejemplo: una persona homosexual no invita a su pareja por miedo a parecer "demasiado gay”.
De acuerdo a la encuesta de “Diversidad e Inclusión 2019 [ENG]” de Deloitte aplicada a alrededor de 3 mil empleados de diferentes organizaciones e industrias. El 61% admitió tener alguna actitud de covering en el trabajo. No sabemos si el otro 39% estaba haciendo covering al responder esta encuesta.