¿Alguna vez has estado tan concentrado tanto en una actividad o trabajo, que incluso no sientes el tiempo pasar?, ¿Te has sentido tan inmerso que olvidas absolutamente todo lo demás y no quieres que ese momento acabe? En ocasiones, durante el trabajo, entramos en un estado ininterrumpido de productividad e inspiración, una sensación donde tu mente, corazón y voluntad están tan alineados, que te sientes capaz de dirigir la empresa donde trabajas, mejor que el CEO, y te sientes como Mozart componiendo una nueva melodía.
Si no lo has experimentado no te preocupes, es normal. Hay personas que dicen haber pasado por este momento mientras hacen algo que realmente les apasiona (tanto que lo harían sin paga alguna).
Pero es real, existe este estado de productividad ininterrumpida, tiene un nombre y ha sido estudiado. Se llama Zona de flujo (o de flow), y es un concepto que viene de la psicología positiva. Este término fue estudiado y desarrollado por alguien de quien no podemos pronunciar el apellido: Mihaly Csikszentmihalyi. (si tú lo puedes pronunciar envíanos un voice note con las instrucciones).
Mihaly se interesó por la psicología después de que un día decidiera ir a una charla gratuita de alguien que resultó ser nada más y nada menos que Carl Jung (cuando aún no era el padre del psicoanálisis). Y básicamente descubrió esta zona de flujo al preguntar a personas de diferentes profesiones; artistas, deportistas, científicos, entre otros, cuándo o en qué momento se sentían más felices desarrollando su actividad.
Estas personas describían que era durante un momento donde sentían que estaban concentrados al 100% y que además sentían que sus actividades representaban un reto.
Mihaly nos explica en su libro Finding Flow a través de un diagrama, cómo en función de la relación entre desafíos y habilidades, se ve afectada nuestra experiencia al realizar actividades Para entrar en la zona de flujo, se necesita que ambas variables, retos y habilidades, sean altas y realistas.
También podemos ver los diferentes resultados que podemos obtener al establecer metas. Si tenemos empleados con habilidades bajas y retos altos, tendremos como resultado empleados con ansiedad y generaremos espacios de riesgo o peligro psicológico. Si ambas variables son bajas, entonces obtendremos colaboradores apáticos y poco productivos.
Mihaly nos propone dos prácticas que generan las condiciones adecuadas para que la Zona de flow se de en nuestras jornadas de trabajo:
Recibir feedback constante: De esta forma sabemos si lo que estamos haciendo está bien o debemos ajustar la estrategia. El feedback es fundamental para mantener la motivación. Mayte Barba, profesora e investigadora del Tecnológico de Monterrey, menciona que este feedback debe ser 5 a 1. Siendo 5 el número de cosas que reconoces como positivas y con excelente manejo, y 1 cosa que representa su área de oportunidad y mejora.
Establecer metas claras: Lo ideal en el caso de nuestras empresas, es que estas metas sean establecidas en conjunto: manager y colaborador. Esto con la finalidad de identificar si nuestras skills son las necesarias para cumplir con el objetivo. De lo contrario tendremos trabajadores sufriendo ansiedad por vivir preocupados de no cumplir las metas o trabajadores desmotivados y aburridos pues sus habilidades son mayores al reto que se les ha impuesto.
Lo ideal es generar que cada colaborador tenga las condiciones para entrar en una zona de flow al momento de desempeñar sus tareas. Como consecuencia tendremos espacios de seguridad psicológica, trabajadores concentrados y productivos.