Cuando me invitaron a dar una charla en un evento oficial de TED en Nueva York, creí que sería muy sencillo. Llevo ya muchos años platicando y reflexionando sobre el fracaso y (tras haber tomado clases de teatro por años), siempre me sentí cómoda hablando en público, así que pensé que sería pan comido. Sin embargo, se tornó más complicado de lo que pudiera haber imaginado, e incluso mucho más instructivo.
Por varios días vinieron muchas ideas a mi cabeza y tuve que descartarlas porque no eran suficientemente buenas, hasta que un día, mis neuronas hicieron sinapsis y todo se volvió tan claro.
Mi gran idea ya la había platicado en alguna ocasión con algunos emprendedores y con el equipo global de Fuckup Nights. Era algo que siempre estuvo ahí, pero que no había notado que tenía potencial: la importancia del failing mindfully, sin humillar a los que fracasan en los negocios.
Así es, sin humillación. Hace mucho tiempo, castigar públicamente a emprendedores exitosos era común: Si viajamos al pasado, al año 800 AC, en la antigua Grecia, forzaban a los mercaderes que fallaban a sentarse a la mitad del mercado sosteniendo una canasta sobre su cabeza. En la Italia pre moderna, los dueños de algún negocio fallido y con enormes deudas, eran llevados completamente desnudos a las plazas públicas a ser ser abucheados.
In 17th century, in France, failed businessmen were taken to the center of the market where the beginning of their bankruptcy was publicly announced. To avoid immediate imprisonment, they had to wear a green bonnet so that everyone knew they were a failure.
Del otro lado del espectro de los que humillan a la gente fracasada, están las comunidades en Silicon Valley, que se jactan con el concepto de “failing fast” y en ocasiones como si no fuera la gran cosa.
Yo creo que el mantra "fail fast" tiene un lado oscuro. Claro, “fallar rápido” es una forma estupenda para acelerar el aprendizaje y evitar el perder tiempo, sin embargo, cuando le decimos a los emprendedores que deben fallar rápido, tal vez estamos promoviendo la mediocridad. Además, esta cultura puede minimizar las devastadoras consecuencias del fracaso en un negocio en la vida real.
Por ejemplo, cuando mi empresa social fracasó, la peor parte fue buscar la manera de ir a las comunidades indígenas y decirle a los artesanos que el proyecto había muerto, y que fue mi culpa. No fue sólo una oportunidad de aprendizaje para mi, fue una pérdida de ingreso para esas mujeres que realmente lo necesitaban.
Es por eso que decidí proponer en mi charla de TED, que pusiéramos de lado la idea de humillar públicamente a los emprendedores, que debemos también desechar la idea de que el “failing fast” es siempre la mejor opción. Decidí proponer un nuevo mantra: Fail mindfully.
Hay que recordar que los negocios están hechos de personas, los negocios no son entidades que aparecen y desaparecen mágicamente sin consecuencias.
Cuando un negocio fracasa, hay gente que pierde sus trabajos e incluso todo su dinero. Y en el caso de empresas sociales o verdes, hay comunidades o ecosistemas que sufren la muerte de un proyecto.
¿Qué significa Fail mindfully? Significa estar consciente del impacto que tiene cerrar un negocio, estar estar consciente de las lecciones aprendidas and being aware of the y de la responsabilidad que hay en compartir those learnings with the world.
Estoy profundamente agradecida con el equipo de TED por ayudarme a esparcir esta idea, por retar mi intelecto y por sacarme de mi zona de confort.